La teoría de autómatas es el estudio de dispositivos de
cálculo abstractos, es decir, de las “máquinas”. Antes de que existieran las
computadoras, en la década de los años treinta, A. Turing estudió una máquina
abstracta que tenía todas las capacidades de las computadoras de hoy día, al
menos en lo que respecta a lo que podían calcular. El objetivo de Turing era
describir de forma precisa los límites entre lo que una máquina de cálculo
podía y no podía hacer; estas conclusiones no sólo se aplican a las máquinas
abstractas de Turing, sino a todas las máquinas reales actuales. En las décadas
de los años cuarenta y cincuenta, una serie de investigadores estudiaron las
máquinas más simples, las cuales todavía hoy denominamos “autómatas finitos”.
Originalmente, estos autómatas se propusieron para modelar
el funcionamiento del cerebro y, posteriormente, resultaron extremadamente
útiles para muchos otros propósitos, como veremos en la Sección 1.1. También a
finales de la década de los cincuenta, el lingüista N. Chomsky inició el
estudio de las “gramáticas” formales. Aunque no son máquinas estrictamente,
estas gramáticas están estrechamente relacionadas con los automátas abstractos
y sirven actualmente como base de algunos importantes componentes de software,
entre los que se incluyen componentes de los compiladores.
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